Los compromisos del empresario hostelero con los productos, los protocolos de trabajo y las personas (empleados y clientes) forman un acta fundacional que habría que poner por escrito en el momento que alguien se aventure a montar un negocio de hostelería. Nadie tendría el mismo manual. El discurso, el contrato que cada uno redacta debe ser tan personal como auténtico. Poníamos por aquí como ejemplo de esos pactos constitucionales el discurso del Mugaritz. Sin embargo, para los que empiezan, para los que van poco a poco, los más despistados, o los que siguen al pie de la letra la premisa de Franklin D. Roosevelt "Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender cómo se hace.", pueden echar mano de guías más o menos sencillas sobre buenas prácticas y sacar sus conclusiones. Aquí tres ejemplos. El código deontológico de los hosteleros de Lleida. Una guía de buenas prácticas de la asociación hostelera de Córdoba, y una segunda de la Federación Española de Hostelería (aquí el resumen en 10 pasos). Sobre temas más específicos: buenas prácticas medioambientales, prevención de riesgos, medidas higiénico sanitarias.
Codigo Deontológico
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Manual de buenas prácticas para hostelería
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