Los turistas se salen cada vez más de los productos enlatados. Se sienten más cómodos picoteando de todo un poco, hasta crear una experiencia a SU medida.
Si no existe una estructura o estrategia conjunta, en la que los múltiples agentes de un territorio tengan voz y muestren de forma transparente lo que pueden ofrecer, los turistas acabarán construyendo su propia red de información sobre el destino, pero al margen de él. Faltan los grandes puntos de encuentro, una plaza de abastos interactiva, actualizada y on line, en donde los visitantes se paren a probar lo que mejor les va del destino ofrecido por restaurantes, hoteles, empresas de actividades..., y se compongan un menú a su gusto.
Hay empresas que empiezan a entender este cambio y se adelantan al esperado trabajo en común que tanto tarda en llegar. El destino es el que fideliza al cliente, no el hotel. Hay hoteles que se empiezan a abrir al destino y no solo se dedican a vender habitaciones, se convierten en centros de ocio que venden experiencias o las localizan en su entorno, ofreciendo información de una forma rápida a sus clientes. Un buen hotel tiene que saber qué demonios sucede a su alrededor y ganar permeabilidad con su entorno y sus vecinos.
Y cuando antes comentaba lo de ofrecer información sobre experiencias de un modo rápido no estoy hablando de algo complicado. Existen las herramientas para hacerlo. Y son baratas.
Artiem Hotels en Menorca es un buen ejemplo de cómo se pueden tirar abajo las paredes de un hotel para enseñar el paisaje que hay dentro...
http://www.youtube.com/watch?v=zW0H2z4BzM8
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