ROMERIA DA FRANQUEIRA EN A CAÑIZA 2008

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La leyenda de A Franqueira tiene sus raices en una historia que comienza cuando los arabes invadieron Galicia. Los vecinos ocultaron una imagen de la virgen para que no cayese en manos de los musulmanes. Esta imágen continuó oculta hasta que una anciana en el lugar conocido desde aquella como O Coto da vella, se dejó guiar por unas luces que la llevaron hasta la imagen sagrada. Se decidió entonces crear un santuario para adorar a la virgen y como el lugar donde se apareció estaba justamente entre la frontera de las parroquias de Luneda y A Franqueira, los habitantes de las dos aldeas decidieron encomendar la elección del lugar donde debía construirse la capilla, a una pareja de bueyes a los que se les vendó los ojos. Sobre un carro se colocó a la imagen, y después se dejó que el ganado eligiese el emplazamiento del santuario. Todos los años el 8 de Septiembre se escenifica el paseo de la santa en un carro gobernado por dos bueyes (este año dos vacas). La procesión comienza con la salida de la imagen detrás de la cruz parroquial y cuatro parejas de danzantes que entrechocan sus palos al son de los gaiteros. La virgen y los romeros se paran delante del palco de la iglesia para contemplar las danzas y el drama de la lucha del moro y el cristiano, otra de las leyendas de la Franqueira que cuenta la historia de la prisión de un cristiano en argelia, que al encomendarse a la virgen apareció en A Franqueira acompañado de su carcelero el musulman Birnarem, que al verse envuelto en semejante milagro, se convirtió al cristianismo dejándose ver aún hoy en día en un bosque cercano a la capilla.

Del conjunto de construcciones que en el pasado compusieron el complejo monástico de Santa María de A Franqueira sólo queda en pie hoy el templo abacial. Nada resta, en cambio, de las otras dependencias comunitarias. En esta iglesia destaca la fachada occidental con una espléndida portada muy cuidada en lo decorativo. Preside la portada un interesante tímpano con una Virgen sedente, frontal y solemne, que sostiene sobre su pierna izquierda al Niño. Encima de la Virgen, reforzando su protagonismo, se dispone un dosel en forma de castillo, situándose a un lado los Reyes Magos, con Melchor arrodillado, los tres con sus presentes en las manos, y, al otro, un personaje arrodillado y suplicante, sin duda el donante, y, tras él, sentado y con un bastón, San José. Sobre estos dos grupos de figuras que custodian o flanquean a la Virgen se hallan dos ángeles.

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