En los últimos años se han creado diversas comunidades virtuales de viajeros que están cambiando la forma de hacer turismo. Son redes sociales que han llegado para quedarse y el sector turístico, lo quiera o no, tendrá que convivir con ellas.
CouchSurfing es una de las más conocidas, y permite a sus socios alojarse los unos a los otros sin ningún interés más que la hospitalidad. Para hacer couchsurfing el único requisito es registrarse en la página oficial y crear un perfil con información personal y algunas fotos. Esta página no exige reciprocidad, por lo que un usuario puede utilizarla para buscar alojamiento en sus próximas vacaciones sin el compromiso de recibir a alguien en casa. CouchSurfing (que significa surfeando en el sofá) recibe este nombre porque uno de los objetivos es que los miembros de la comunidad tengan un sofá disponible para que los viajeros interesados puedan pernoctar. Pero para muchos de los inscritos lo más interesante de esta propuesta es conocer gente local que pueda enseñarte lugares que ninguna guía turística ofrece.
España es uno de los países con más usuarios, con un total de 12.856 socios registrados. En cuanto a seguridad, esta página web funciona con un sistema similar al de eBay, en el que la reputación depende de las referencias de otros miembros.
CouchSurfing fue desarrollada en el 2003 por un estadounidense de 30 años llamado Casey Fenton. La idea surgió en una ocasión en que Fenton obtuvo un billete económico para pasar un fin de semana en Islandia pero no tenía donde quedarse. Buscando información obtuvo una base de datos de una universidad de Reikiavik (capital de Islandia) y se le ocurrió hacer spam por correo electrónico a 1.500 estudiantes, solicitándoles un sofá donde dormir. Recibió más de 50 respuestas de chicos que además de ofrecerle el sofá le hacían diversas sugerencias de lugares interesantes que visitar en su destino.
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