En este artículo de Hosteltur titulado "Los hoteleros opinan que el principal problema del sector es la formación" hay 17 comentarios. No es habitual ver tantos en una noticia de este periodico digital. El titular es provocativo y se pone en la boca del vicepresidente de Sol Meliá (Sr. Sebastiá Escarrer) aunque apenas se desarrolla en el resto del artículo. Sin embargo, levanta una polvareda que no es dificil pasar por alto.
En los comentarios se pueden leer frases como estas: "¿por qué cree usted que tiene gente poco formada y que habla pocos idiomas dispuestas a trabajar en su cadena hotelera? Sencillamente porque el sueldo es pésimo y no cuidan nada a sus empleados", "¿Realmente alguien cree que éstos señores saben a ciencia cierta el potencial de muchos de sus empleados? Viven en su burbuja y a otros niveles, que les impide ver la situación real de su equipo", "estos gurús del turismo sientan cátedra, ellos quieren la mejor universidad de turismo, para pagar 14000 euros brutos al año. hay que tener morro¡¡¡, ellos mismos luego cuando hay que hacer seleccion de personal no pagan por conocimientos ni aptitudes y mucho menos por actitudes, sino que hay un presupuesto y se acabó", "Hablan de profesionalizar el sector, de que falta formación y ni siquiera son capaces de invertir en planes de formación para los empleados", "Si al menos dieran una oportunidad a la gente formada...los empresarios siempre exigen varios años de experiencia pero luego te encuentras auténticos "personajes" en puestos importantes!! Y no hablemos de los sueldos porque quieren que trabajes al 300% por cuatro duros, vergonzoso!!"
Sobre todo este rosario de reproches me gustaría hacer dos reflexiones:
1.- ¿por qué cuando se habla de formación en hostelería se hace referencia a ella como un elemento que el trabajador lleva a la empresa?. ¿Acaso las empresas no aportan también formación?. Bien es cierto que en un sector tan atomizado, la formación que en muchas ocasiones dan las empresas puede ser parcial o estática. Pero es su tarea crear una cultura de cohesión que facilite la comunicación transversal entre profesionales de diferentes empresas, trabajando de manera cooperativa para crear un ecosistema de conocimiento accesible. Lo primero que puede parecer es que sería una manera de incentivar la fuga de información. Habría que preguntarles a los que tienen este temor si conocen el extenso currículum y recorrido de sus trabajadores. El mundo es un pañuelo, y seguramente una gran mayoría habrá trabajado para su competencia más directa y lo volverá a hacer. Sólo desde una estrategia de sumar conocimiento es posible acceder a cambios positivos.
2.- Y otra reflexión más. ¿Quién poseé la formación en la empresa?. ¿Los trabajadores o el empresario?. Cuando se habla de formación parece una estupidez hacer estas divisiones, porque la formación es para usar, no para poseerla. La estrategia de difusión interna del conocimiento y la información sin barreras, puede conllevar una pérdida importante del poder de la parte directiva de una empresa, y difuminará las jerarquías. Este es el riesgo. ¿cuántos jefes están dispuestos a reconocer que saben menos que sus empleados?. ah! y... ¿cuántos empleados están dispuestos a reconocer que saben menos que otros compañeros?. Seguramente nadie sepa más que nadie en todo. El objetivo es llegar a un entorno laboral que favorezca la formación integral, y que sea iniciada ya no por las partes directivas, sino por toda la organización a partir de una dirección común.
Romper los esquemas mentales ayudaría a no ser tan escrupulosos con el tema de la formación. El conocimiento, el saber y las ideas están en cualquier lugar, no sólo en las escuelas de hostelería.
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