¿Cuántos ayuntamientos hubiesen querido disfrutar de una campaña como la que ha proporcionado la silla de cuatro metros a Moaña: "mar y montaña".? Todo lo que ha rodeado a esta acción de guerrilla artística se acerca a lo mágico de gastarse cero euros (bueno en realidad 20 € en tornillos) para que se hable de ti por todos los rincones.
Recordemos que la cosa empezó cuando apareció la silla de la noche a la mañana en un monte de Moaña en la parroquia de Meira, en un espléndido mirador natural sobre la ría de Vigo, que en otros tiempos albergó una torre medieval de vigilancia (este dato de la torre histórica es fundamental para el desenlace de la historia). La noticia fue un bombazo, sobre todo por desconocerse la autoría del mueble gigante y el motivo por el que alguien se había atrevido a montarla a hurtadillas en plena noche. Ver dos de las primeras noticias relacionadas aquí y aquí.
Después de que una inmobiliaria quisiera apropiarse de la idea (ver pinchando aquí el vídeo de España Directo, o aquí el de V Televisión), los verdaderos autores (Xulio Lago y Roberto Brañas) reivindicaron su obra (ver noticia): "La pieza pretende ser una antena emisora y receptora de energía positiva, como un estudio sociológico para calibrar la reacción de los vecinos", "No somos concejales de Turismo y promovimos el turismo en Moaña, no somos concejales de Cultura e hicimos que mucha gente se interese por una intervención artística y no somos publicistas y logramos, sin dinero, atraer la atención de medios de toda España".
Los artistas reconocen que el éxito de la propuesta les cogió de sorpresa. Durante una semana la repercusión en los medios de comunicación fue quizás dulcemente desproporcionada, imprevisible, y lo suficientemente importante para que quizás se merezca que el ayuntamiento no deje pasar la oportunidad de recuperar una silla que ya ha sido retirada.
El motivo por el que ya no está en la cumbre del monte de A Torre es porque se encontraba en una zona arqueológicamente protegida, en donde son ilegales las intervenciones no autorizadas. El último día peregrinaron cientos de personas a la zona para despedirse de la obra (ver noticia).
Creo que la decision de retirarla ha sido la correcta. No dice nada bueno de este país que se vayan colocando objetos sin autorización (sean obras de arte o no) encima de castillos, castros o mámoas. Pero valorando la acción en su justos términos una vez que se ha enfriado el fenómeno, y considerando que la obra se hizo sin dañar el entorno, y que ha sido precisamente acogida muy bien por vecinos y extraños: gusta la sencillez de la intervención de quita y pon, en un paisaje que estamos acostumbrados a ver duramente castigado de forma irremediable por otras barbaridades innombrables. Decía pues... que quizás teniendo en cuenta que todo vuelve a estar como antes en la cima del monte de A Torre, pero la sombra de la silla es alargada, merezca un poco más de atención para sacarle partido y potenciar el optimismo generado en torno a ella.
Brañas y Lago dicen que esperan una reacción del Concello: "Nos gustaría que nos arropase en este caso y nos eche una mano. Aunque sea para decir que nos equivocamos, porque lo hicimos con todo el cariño". El concejal de Cultura de Moaña, Diego Riobó, explica que los artistas no se han puesto en contacto con él en ningún momento. Mmmm... como decía al principio... a cuántos ayuntamientos les gustaría tener toda esta publicidad encima de la mesa, de forma tan natural y sin forzar máquinas ni presupuestos, para seguir sumando números a sus estadísticas de visitantes. No se pueden quedar de brazos cruzados.
Presentación flickr de Contando Estrelas.
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Accións como estas non se paga..chámase "publicity", que é o máis barato e efectivo no marketing..
Xacto. A desconfianza ten as barreiras baixas para este tipo de accións, e o Concello de Moaña está a deixar pasar unha oportunidade de ouro.
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