Pocos gallegos saben más sobre vinos que José Antonio López. Al margen de otras aventuras empresariales en las que está inmerso, como la apertura de una nueva bodega, está al frente de la que puede considerarse vinoteca de referencia en Vigo, El Buen Vivir en la calle Alfonso XIII cerca de la estación de trenes de Vigo.
El establecimiento mantiene la filosofía con la que abrió sus puertas hace 15 años, esto es, potenciar la cultura de todo lo que abarca el mundo del vino sin más pretensión que servir de punto de encuentro en un ambiente propicio para la conversación.
Dos son los tipos de clientes que acuden al local, los que llegan en solitario y, tras pedir consejo, compran una o dos botellas de vino y se las llevan a casa, y los que llegan en compañía, ocupan alguna de las cinco mesitas y dejan que José Antonio les sorprenda con sus sugerencias mientras comparten tertulia. Hay grupos fijos de amigos que no se pierden la cita semanal casi desde que abrió.
Pero El Buen Vivir cuenta con un servicio complementario bien singular, el derecho a cocina. En la línea de propiciar las relaciones personales, bien sea entre amigos, compañeros de trabajo, familiares... ponen los fogones a disposición de grupos reducidos.
Con una despensa surtida de productos básicos (ajos, aceite, sal, especias...), son los propios comensales los que, antes de de ejercer de cocineros, han de comprar los ingredientes del plato que quieran preparar.
Obviamente, de lo que no han de preocuparse es de la bodega, ya que estarán rodeados por unas 1.000 referencias de todas las procedencias y precios imaginables. Ponen el acento en que éstos sean asequibles. «Tomar un buen vino a un gran precio no tiene mérito ninguno», afirma. Para facilitar el trago a la hora de pagar la factura trabajan muchos vinos del año.
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