EL TEMPLO VOTIVO DEL MAR DE ANTONIO PALACIOS (PANXÓN)

Antonio Palacios nació el 8 de enero de 1874 en Porriño (Pontevedra). Su infancia transcurre en la parroquia de Louro, donde vive rodeado de un entorno que posiblemente marcó su futuro estilo monumentalista y expresionista: las canteras graníticas de piedra gris y rosa de Atios y Budiño, los grandes monumentos del megalítico gallego, las catedrales-fortalezas fronterizas entre Portugal y Galicia, castillos y pazos, los entornos ajardinados y el urbanismo del Barroco...


Con 18 años, en 1892 se marcha a Madrid a estudiar, terminando la carrera de arquitectura en 1900. A base de presentarse en concursos, inicia con gran repercusión su entrada en el mundo de la arquitectura: En 1904 obtiene el premio para el Palacio de comunicaciones en la madrileña Plaza de la Cibeles, con la que gana un gran reconocimiento en la ciudad. Gracias a la fama obtenida, en 1908 se le encargan numerosos trabajos en Madrid. Del prestigio profesional que adquiere toma nota la prensa local viguesa, recibiendo de este modo gran cantidad de trabajos en Galicia.

Una de las grandes obras de Antonio Palacios para Galicia será el Templo Votivo Mar en Panxón, proyectado entre 1932 y 1937.

Actualmente este hermoso edificio se encuentra muy deteriorado por el modo y los materiales con los que se edificó el templo, que se levantó gracias a las aportaciones de los vecinos, que contribuyeron a su construcción incluso con materiales reciclados.

El templo se halla cargado de referencias historicistas. Los pazos barrocos, la catedral de Tui, o las ruinas de un arco visigodo (siglo VII) que se encuentra en su mismo entorno, servirán de elementos inspiradores para Antonio Palacios. Uno de sus mejores tesoros es el tratamiento de la luz a través de las vidrieras industriales montadas en hormigón.

Visita muy recomendada en el Val Miñor.

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