PRIMERA CAFETERÍA FLOTANTE EN EL MIÑO (EN CERVEIRA)

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Durante dieciséis años el ferri San Cristóbal trasportó entre las orillas de Vilanova de Cerveira (Portugal) y Tomiño cerca de cinco millones de personas. El transbordador unía físicamente las dos localidades en cinco minutos, varias veces al día. Su último viaje llegó el 9 de junio del 2004.

El día 10 de junio de ese mismo año se abría al tráfico el quinto puente internacional sobre el río Miño, ciento veinte después de que se inaugurase en el municipio de Tui el primer viaducto transfronterizo diseñado por el francés Eiffel. Las perspectivas no eran muy halagüeñas para la vieja embarcación, que tenía toda la pinta de tener que acabar en algún desguace.

La Cámara de Cerveira y su política de "vivir de cara al río" hizo posible dedicar 150.000 euros y tres años de trabajo para reconvertir el buque, asegurando su permanencia en las aguas del río sin que supusiera ninguna amenaza medioambiental.

San Cristóbal es ahora el Zarte. La primera cafetería flotante del río Miño. El empresario adjudicatario de la explotación del bar ganó el concurso de las instalaciones promovido por el gobierno local y al que se presentaron otras siete ofertas. Abonará al Concello 1.725 euros mensuales durante los próximos cinco años.

El bar está «atracado» en el puerto de Cerveira y en la explanada anexa fue diseñado una zona de expansión. El local funciona con dos filosofías diferentes. Abre sus puertas a las diez de la mañana (hora portuguesa) para servir desayunos; al medio día se puede disfrutar de un tentempié sobre el río y, después, como cafetería. El paisaje nocturno, ambientado con una iluminación especial no desluce el de las horas de luz natural. De noche, copas y música.

No es una intervención puntual. El Concello cerveirense ha destinado cerca de cinco millones de euros en los últimos cuatro años para abrir el pueblo al río Miño. El antiguo edificio de apoyo al ferri ha sufrido también un lavado de cara integral. Ahora funciona como escuela de formación náutica y se han habilitado tres espacios nuevos. Uno para los pescadores y otros dos que esperan la resolución del gobierno local sobre qué dos empresas de animación turística del río podrán prestar allí sus servicios.

La puesta en valor de la ribera lusa es constante desde hace varios años. El primer museo de agua dulce de Portugal se inauguró en julio del 2005 y, exactamente, dos años después, se abría al público un inmenso parque con un jardín botánico de 10.000 metros cuadrados. La apuesta funciona. El «Aquamuseum» recibe más de 5.000 visitas al mes. Es un espacio concebido para la investigación científica, el turismo y la actividad pedagógica; que cuenta con diez acuarios en los que habitan las cuarenta especies del Miño susceptibles de vivir en cautividad.

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