Entre los años 1950 a 1967 una empresa se dedicó a utilizar como vertedero una playa de Mendocino en California, por lo que toneladas de basura, incluyendo vidrios, porcelana, restos de motores y todo tipo de desechos terminaron en la costa del Pacífico. La erosión marina de todos estos años trituraron los desperdicios y trasformaron la playa en una acumulación de trozos de cristal pulidos.
Lo que en su momento fue un vertedero, ahora es uno de los mayores reclamos turísticos de la zona. Incluso, se recomienda a los visitantes no recoger ningún cristal, para preservar “la belleza artificial” del lugar: los cristales multicolores suelen brillar en un día soleado creando un efecto muy llamativo.
Estas playas no son infrecuentes tenerlas en otros paises pero están en extinción. Hay cazadores de cristales pulidos que echan en falta lo que en otra época era más fácil de encontrar.
En la actualidad, la playa de los cristales de California fue adquirida por el estado siendo parte del Parque MacKerricher, un área abierta al público. Por si fuera poco, la playa cuenta con un sitio oficial para promover turísticamente el antiguo vertedero.
La creatividad es un requisito de la supervivencia. Con creatividad y sin descartar ninguna idea por estrafalaria que sea, se pueden sacar recursos de la nada. ¿Cuantos reclamos turísticos se pueden encontrar poniendo algo más de inteligencia en los sentidos?.
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