CONFESIONES DE UN CAMARERO

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Lectura de verano. Steve Dublanica empezó a verter todas las frustaciones de su vida de camarero en un blog que arrasó en EEUU y se transformó en libro. Su página aún sigue en activo por aquí: http://waiterrant.net/

Es una obra fresca, por momentos divertida que bien podría ser la "cara b" de aquel otro libro del cocinero Anthony Bourdain "Confesiones de un Chef". Ideal para conocer como le pintan las cosas a los camareros que viven del sistema de las propinas en un país en el que la mayoría del mundo no tiene seguro médico.

El escenario es un buen restaurante de NY, con un protagonista rodeado de cocineros chiflados, compañeros borrachos y clientes extraordinariamente difíciles de tratar. Hay capítulos para las cucarachas, salivazos en los fettucine y la guerra química contra clientes: "Pero a veces empleo una ingeniosa arma química al alcance de todos los camareros: la flatulencia. Claro que es poco intelectual y grosera, pero funciona. Un camarero puede pasar deprisa y tirarse un pedo silencioso y mortal junto a una mesa problemática y luego escabullirse con la misma celeridad. Cuando las víctimas se percatan de que han sido atacadas, el camarero hace tiempo que se ha ido. Las sospechas recaen en la mesa de al lado o en los propios comensales. La mayoría de las veces, la gente está demasiodo avergonzada para decir nada, así que se limitan a comer con el pestazo".

Aunque el libro por supuesto no va sólo de esto y a la hora de enseñar la trastienda del negocio no es tan brutal como el de Boudain.

El autor también deja buenas reflexiones universales sobre el trabajo de camarero "Es duro mantener una relación cuando trabajas los sábados por la noche y tu media naranja está sentada en casa sola. Mi calendario fue uno de los motivos del fracaso de mi última relación. Mi ex se hartó de pasar la nochebuena sola y de celebrar el día de San Valentín una semana más tarde. No la culpo. Además, yo siempre me ponía de mal humor los días de fiesta. Cuando eres camarero, observas las festividades desde una perspectiva diferente. Te conviertes en parte de la máquina que chupa a la gente su dinero. Después de pasarme unos años sirviendo mesas, el consumismo vacía de sentido los días festivos y los convierte en cualquier otro día del calendario. Eso es un problema"... Y se pasa algunas páginas filosofando sobre el transcurso del tiempo y las dudas de haber hecho algo de su vida, sobre el comportamiento de los clientes sobre los que vierte psicoanálisis fino, encuentros con famosos (Russell Crowe), mucha ironía y momentos muy apegados a la realidad. Recomendable para los camareros profesionales y los que están de paso.

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