SON ELLAS: COMO DIGNA PRIETO DE O CRISOL

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Son ellas las que sostienen la gastronomía en la memoria, la renuevan, le dan vida. Son ellas como Digna Prieto de O Crisol (O Grove), pero hay más, cada casa o restaurante tiene un corazón en cataratas de generosidad, o unas manos grandes de amasar tiempo como pan. Están escondidas en cocinas pequeñas, construyendo miles de comidas, lanzándolas a estomagos de almas generosas o ingratas, tanto da. Todos los días durante toda una vida: clientes, hijos, padres, amigos, ellas mismas las últimas...

Digna no mira en esta foto a cámara. Parece estar perdida en su pequeño mundo. Dudamos que sea ella. Pero lo es. Desde el 42 su restaurante es su cine, su baile, sus vacaciones, su casa... con empleados con más de veinte años en familia.

Y el rumbo marcado viene de más atrás, y de donde si no: de su madre y lo que aprendió de ella en Casa Pepe, antes de montar su propio negocio con 14 años, en aquella época en la que se levantaba todos los días hasta el muelle a coger el pescado para llevarlo hasta el restaurante en cestas sobre la cabeza.

«Eu non me despisto do que me aprendeu a miña nai e do que sei. Hai que traballar con produtos de calidade e hai que innovar, pero sen meterse en cousas que non coñeces ben. Respecto moito a rapaces como Arzak, ou Berasategui. Hai un tempo tiven posta na entrada unha foto con moitos deles. Creo que a vou volver poñer. Iso dignifica».

A Digna una vez le dijeron que estudiara en la universidad del mundo. Y ella, que puede presumir de haber dejado a Kissinger apapahostiado con sus platos, no se quita la modestia de encima y dice: "Non tanto. Na universidade do meu pequeno mundo".


Un pequeño mundo al que es difícil de darle una vuelta en 80 días. (Más en La Voz)

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