Cuando Vázquez Consuegra quiso "Abrir Vigo al Mar", lo que al final hizo fue ponerle una tapa gris a tres maravillosos parkings: El de la Estrella, el del Naútico, y el del Berbés.
A las palabras es muy fácil darle premios, la poesía vende muy bien, pero a mí si un arquitecto me mezclase instalaciones subterráneas con puestos de flores, me lo pensaría dos veces antes de firmarle nada: "En uno de los accesos y con el fin de camuflar conductos de instalaciones subterráneas se plantea un pequeño pabellón, que no es sino una gran cubierta, definiendo un nuevo espacio de ingreso a los jardines, al que se dota además de kioscos de flores y prensa."
Pero Vázquez Consuegra es sobre todo un visionario futurista que te habla de unas branquias mecánicas como si estuviese acostumbrado a tomar unas cañas en Blade Runner: "En el extremo oriental, la construcción subterránea de dos plantas de instalaciones, obligaba a emerger en la superficie una serie de elementos que era preciso controlar: chimeneas de grupos electrógenos, ventilación del túnel, acceso a parking, etc. Elementos que necesitan tomar aire y expulsar el viciado. Son como las branquias de los artefactos mecánicos enterrados."
Así nos lo cuenta este arquitecto en su página web, cuando se explica sobre lo que hizo en el Naútico de Vigo. Una zona que perdió su mejor oportunidad de ser un icono para la ciudad viguesa, cuando cayó en manos de un profesional en fase existencialista que se dedicó con su ordenación del borde marítimo "a una innegable voluntad de ausentarse, para casi no ser." O sea, exactamente lo que necesita Vigo para presentarse a los miles de turistas que llegan cada año a la estación de cruceros (150.000 en el 2008).
Pero lo que Consuegra es capaz de esconder, enseguida los políticos lo arreglan con un par de gamelas enxebres: Hablo del Berbés de Vigo, en el que el Ayuntamiento ha montando una feria de los horrores plantando encima de la maltratada plaza, un parque infantil y algo que no sé como llamarle, para tapar la piscina de las gaviotas.
Si de verdad se quisiera abrir el centro de Vigo a la ría, bastaría con tener la voluntad de hacer un paseo bien cuidado, sin coches aparcados encima, que realmente estuviesa cerca del mar.
En Zadar (Croacia). El arquitecto Nikola Basic inauguró en abril de 2005 un paseo-órgano, que en un año se convirtió en uno de los principales atractivos turísticos de la zona, y punto de reunión, diversión y descanso público. En 2006 se le concedió el primer premio (ex-aequo) de los Premios Europeos para Espacios Públicos Urbanos. No es que pida para Vigo un órgano igual. Pero es un ejemplo de un VERDADERO ESPACIO PÚBLICO hecho con imaginación y gastando pocos recursos.
En la piedra blanca del paseo se tallaron válvulas por las que entra y sale el agua, cuyo movimiento empuja el aire que es expulsado por 35 tubos desplegados a lo largo de la costa. El sonido depende de la velocidad y empuje de las olas, siendo distintos en función de la fuerza del mar. Las armonías que surgen son aleatorias.
Además, el paseo respeta la tradición musical e histórica de la ciudad medieval. Hay quién incluso afirma que el sonido que produce este órgano atrae a las ballenas jorobadas que se animan a copular en frente del paseo.
Para escuchar el sonido del órgano puedes pinchar aquí.
Abajo unas imágenes de este paseo-órgano que tanto nos ha gustado.
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